Una época importantísima para el desarrollo de la autoestima es la infancia. El niño, aquí, compara lo que es él mismo con lo que idealmente cree que debería ser, se juzga a sí mismo por los logros que consigue y las espectativas que se ha formado de sí mismo.
Está claro que un niño con la autoestima elevada presenta menos emociones agresivas, menos emociones negativas, menos depresión, son más alegres, manejan mejor el estrés... y son más felices, que los niños con la autoestima baja.
Las opiniones de los niños acerca de sí mismos tienen un gran impacto en el desarrollo de la personalidad.
Los padres y las madres tenemos una función esencial para aumentar la autoestima de nuestros hijos. Para ello podemos seguir estas pautas de actuación:
- Demuestra a tu hijo cuánto le quieres. Los padres queremos a nuestros hijos, pero no siempre se lo hacemos saber con muestras de afecto. Eso les demuestra que son suficientemente dignos de ser queridos y respetados.
- Dedícale tiempo a tu hijo: Esto le está diciendo que es importante. Dedícale tu tiempo y tu atención completa. Con eso reforzará la sensación de que él es valioso para tí.
- Felicita a tu hijo: No es raro ver que los padres corregimos a nuestros hijos sus actuaciones inadecuadas o erróneas, pero no siempre les valoramos los logros que consiguen, aquello que hacen bien. Felicitándoles les dejaremos claro que sí puede hacer bien las cosas y sí cumple con las expectativas que tengamos de ellos. Dile "Estoy orgulloso de ti.", "Me gusta cómo lo has hecho"... Además, los elogios deberán ser creíbles. Los elogios exagerados y no creíbles pueden ser contraproducentes para el niño porque puede desarrollar un ego exagerado.
- Ponle límites: Es importante que los niños tengan y conozcan los límites que no pueden cruzar. Deben ser unos límites, unas reglas, razonables. Además estos límites hay que respetarlos siempre. No vale ponerlos hoy y saltárnoslos mañana.
- Propón metas a tu hijo: Las metas deben ser posibles y deben requerir un cierto esfuerzo por parte suya. Las metas deben ir acordes a la edad y capacidades de tu hijo. Y ten en cuenta que una meta inalcanzable le frustrará y bajará su autoestima.
- Déjale que cometa errores: Los errores forman parte del aprendizaje. Lo que sí debemos hacer ante un error de tu hijo es ayudarle a encontrar la manera de subsanarlo o de no volver a cometerlo. Con esto no sufrirá su autoestima y le resultará una lección valiosa. Además, cuando tú cometas un error, reconócelo. Sabrá que errores cometemos todos.
- Siéntete orgulloso de tu hijo: y díselo de vez en cuando. Díselo a él y a otras personas. Así él empezará a estar orgulloso de sí mismo. Habla bien de tu hijo a otras personas, especialmente cuando esté él presente.
- No le compares con otros: es totalmente injusto porque todos somos distintos con capacidades y habilidades distintas. Y cuando son otros los que comparan a tu hijo, tranquilízale y dile lo especial que es y que él tiene otras habilidades y capacidades distintas.
- Mejora tu propia autoestima. Tus hijos lo verán. Los padres que tienen la autoestima baja tienen más dificultades para ayudar a sus hijos a subir la suya. Todos tenemos que saber que no somos perfectos, ni los padres ni los hijos, pero que se nos valora por lo que somos y que siempre estamos intentando mejorar y crecer.
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