Hola a todos. Soy Matilde y tengo 89 años.
Nací el 4 de enero de 1925 en una pequeña villa cerca de la gran ciudad de Toledo.
De pequeña no fui al colegio ya que vivía en una familia que no tenia precisamente mucho dinero, ya que, la guerra, (como en tantos lugares del mundo) estaba repercutiendo, y siguió hasta una buena temporada, en el estado de salud, el económico y tantos otros.
Sin embargo, intentaba pasar ese pequeño detalle y, siempre que podía, me juntaba con mis amigos en algún lugar que acordábamos depende de la situación. Allí, en ese lugar, pasábamos las horas y nos quedábamos hasta tarde.
Poco a poco iba creciendo y haciéndome cada vez más mayor. Mi ansia de valerme por mi misma iba aumentando, pero, tenía el problema de que no podía irme a vivir a otro sitio o comprarme una casa propia si no tenía y, con mis escasos conocimientos, muy difícil me iba a resultar aquel tema...
Así que, después de casi un año insistiendo fuertemente a mis padres, conseguí que me apuntaran a una escuela.
Después de todos mis años de estudios en la escuela en el instituto, tenía que ir a una universidad. Entonces me fui a Toledo con todo el dinero que había conseguido ahorrar. Allí estudié periodismo y también medicina.
Acabé la universidad y me gradué como periodista (aunque en algún caso también podría ejercer de médico).
Entonces recibí una carta diciendo que me había contratado un periódico muy famoso de Madrid y, sin pensármelo dos veces, a Madrid me lancé.
Los primeros días me alojaba en un hotel porque no tenía domicilio fijo. Pero poco después conocí a mi actual marido, José. Trabajaba en el bar de cerca de la redacción de mi periódico.
Con él tuve dos hijos, Fermín y Carmina. Cada uno fue a un colegio y tuvieron una vida buena, y ahora tienen los dos un trabajo bueno, una buena paga y unas hermosas familias con las que vienen a visitarnos a José y a mí a la residencia para ancianos en la que nos encontramos actualmente.
Es una alegría poder ver a mis tres nietos (Manuel y Óscar de parte de Fermín y Andrea de parte de Carmina) y contarles todas las historias de mi infancia y ver sus caras de satisfacción al terminar.
